EL OTOÑO: VUELTA HACIA EL INTERIOR

otoño

Acabamos de entrar en el equinoccio de otoño.

Es momento para, con fuerzas renovadas, encarar nuestros mejores propósitos. Terminar proyectos, mirar hacia dentro y concentrarnos en la familia y el hogar.

 

En el sistema chino, el otoño está gobernado por el elemento metal relacionado con la comunicación y la creación. Os invito a  entrar en contacto con vuestro interior, cuidaros y cuidar vuestro entorno.

 

El elemento metal gobierna los pulmones y el intestino grueso así que prestaremos especial atención en mantener estos órganos limpios, sanos y fuertes. Ellos simbolizan el camino correcto, el equilibrio entre lo que ingerimos y lo que eliminamos o desechamos.

 

A los pulmones les encanta el aire fresco y el ejercicio físico. A mi me inspira dar un agradable paseo por el campo y contemplar los maravillosos colores que nos brinda la naturaleza en esta época, leer, escribir o meditar.

 

La salud de la piel es importante para los pulmones así que os aconsejo bañaros todos los días frotando el cuerpo para eliminar células muertas y toxinas. Yo termino siempre con agua fría para cerrar los poros, estimulando así la circulación sanguínea y ayudando a prevenir posibles catarros.

 

Para mantener la nariz y los senos nasales limpios podemos realizar limpiezas con agua salada, con una lota, aspirando una pequeña cantidad por las ventanas de la nariz para expulsarla luego o realizar gárgaras.

 

Para una buena eliminación de los alimentos y para mantener un buen tono de los intestinos es importante realizar una dieta baja en grasas y abundante en frutas frescas, verduras crudas o al vapor y cereales integrales.

 

Es buen momento para realizar una dieta desintoxicante a base de zumos de frutas y verduras, o un ayuno de uva  fresca. Volveremos progresivamente a una dieta rica y calórica para afrontar el frío otoñal.

 

La energía de las plantas en esta estación se vuelca también hacia el interior, hacia la tierra. Las raíces de bardana, consuelda, jengibre o regaliz  tienen propiedades expectorantes y descongestionantes. Para prepararlas en té las haremos hervir a fuego lento durante 15 o 20 minutos.

 

Para dar la bienvenida a  esta vuelta hacia el interior otoñal, os propongo un ejercicio de visualización, práctica muy poderosa para llevar a cabo todo aquello que nos propongamos.

 

Busca un lugar tranquilo y agradable en el que puedas relajarte en la posición que te resulte más cómoda, realiza unas cuantas respiraciones profundas y cierra los ojos.

Empieza a visualizar un lugar en la naturaleza, un paisaje que te agrade, un prado extenso, la cima de una montaña, una playa… ahora conéctate con  tu centro e imagina una semillita dentro de la tierra y cómo comienza a crecer extendiendo sus raíces y brotando hacia arriba, saliendo al exterior y creciendo hasta convertirse en árbol.

Intenta detenerte en los detalles, sus raíces, su tronco, la forma de sus ramas, sus hojas, sus frutos si los tiene, su color, su textura, su fuerza y energía.

Ahora siente que eres ese árbol. Tus raíces  están bien protegidas en la tierra y tu tronco firme, siente la extensión de tu copa, tu magnífica altura, el viento que mece tus ramas y el susurro de tus hojas. Siente tu poder y tu fuerza.

 

Puedes llevar la visualización hacia donde quieras, acompañándola de movimientos suaves, y repetirla tantas veces como quieras definiéndola cada vez un poco más y sintiendo la energía interna que despierta todo tu cuerpo haciéndolo más ligero, más sutil y más fresco.

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