Alergias

¿Qué son?

Las alergias son estados de *sobreactividad* de nuestro propio sistema inmune que responde de forma exagerada a agentes externos como el polen  de las flores, metales de joyas, componentes de algunos alimentos, medicamentos u otros muchos elementos. Una de las alergias más frecuentes es al polen de las plantas. Cuando se acerca la primavera los pólenes comienzan a florecer y, en consecuencia, también lo hacen los procesos alérgicos que se manifiestas n especialmente en las vías respiratorias y en la piel. Hay más de 20 tipos de alergias. En muchas de ellas no existe cura definitiva y segura, pero sí medios y tratamientos para combatirlas y prevenirlas. Contrariamente a una idea generalizada la alergia no se manifiesta sólo en la piel. Todos los órganos pueden sufrir reacción alérgica: los pulmones (asma), los senos craneales (rinitis alérgica o fiebre del heno), el intestino (algunas diarreas), los ojos (conjuntivitis) e incluso las orejas, los riñones, el hígado, el cerebro, el corazón, los músculos y las articulaciones o el sistema circulatorio.

Un tipo especial es la alergia al sol presente sobre todo en adolescentes y personas jóvenes en las que la exposición durante varios minutos a los rayos solares hace que aparezcan en la piel una especie de habones  o ronchas de color pálido o rojizo, sobre todo presentes en los lugares expuestos al sol (cuello, cara, brazos, etc.). A veces son lesiones pruriginosas (que pican) y suelen desaparecer horas más tarde, si cesa la exposición al sol. Su origen es desconocido pero parece tener cierta relación con situaciones de estrés, nerviosismo o bien con los cambios hormonales propios de la adolescencia y juventud.

Distinguiremos entre dos tipos de alergias: las alergias exógenas, causadas por un agente externo como el polen, los alimentos, los venenos, el polvo, el pelo de los animales, la contaminación, las sustancias químicas, los medicamentos… Estas alergias tienen una relación directa con el sistema inmunológico, cosa que tiene que ver con algo externo que nos afecta.

El otro tipo de alergias son las endógenas, que están generadas por nuestro propio organismo cuando no expulsa las toxinas generadas a través de las vías de eliminación de nuestro organismo: hígado, riñón, intestino, pulmón, piel…

Entre las alergias más comunes podemos señalar la fiebre del heno o rinitis alérgica, el asma alérgica o los eccemas en la piel. Suele producirse por la acción del polen, de la hierba o de distintos árboles y flores típicas de determinadas estaciones (primavera); pela de animales, siega de cereales o el polvo doméstico (en este caso pueden provocar el asma durante todo el año). La fiebre del heno afecta sobre todo a la nariz: suele congestionarse y se acompaña de secreción acuosa nasal (rinorrea) y de estornudos. Los ojos y la garganta también pueden estar inflamados: es típico el picor de nariz y de ojos, además del lagrimeo. Generalmente es estacional (primavera sobre todo) aunque puede hacerse permanente y en este caso se suele asociar a la sinusitis alérgica. Este proceso a menudo dura varias semanas y luego desaparece, hasta reaparecer al año siguiente. Existen algunas recomendaciones higiénicas que, junto con el tratamiento que os voy a proponer, van a ayudaros a reducir o eliminar los síntomas de esta sinusitis.

 

Tratamiento general de las alergias

Alimentación. Hay que eliminar de la alimentación el chocolate, los azúcares, los lácteos, los huevos (uno a la semana) y las harinas refinadas. Los azúcares roban el calcio y siempre que se produce una alergia hay implícito un déficit de calcio. Tampoco se recomienda el consumo de habas, aguacates, plátanos, almendras, avellanas, cacahuetes, nueces, cerdo, jabalí, panceta, embutidos, manteca de cerdo, mantequilla, margarina, tocino, jamones curados, anchoas, angulas, arenques, atún, bonito, jurel, sardinas, salmón, verdeles, conservas en aceite o en vinagre de pescados como los anteriores, pato, oca, ganso, fuagrás de cerdo o de oca, aceites vegetales de aguacate, de almendras amargas, de nueces, de cacahuetes, de cacao, de sésamo, de cáñamo, de avellana o de palma. Los mariscos deben estar totalmente prohibidos para los alérgicos, así como los colorantes como la tartracina (de color amarillo) y el polen de la miel.

Animales domésticos. En muchos casos son el origen de la alergia. Por esta razón debemos valorar la posibilidad de su compañía, sobre todo como desencadenante de rinitis y otros procesos respiratorios. Los animales sospechosos son el perro, el gato y los pájaros. La alergia puede ser a los pelos de estos animales o bien a las células de su piel que continuamente se desprenden por toda la casa o bien a restos de las heces.

Vacuna natural de polen. Si somos alérgicos a este producto, existe un truco muy sencillo para inmunizarnos. Tomaremos diariamente granos de polen de la siguiente manera: 1 grano los tres primeros días, 2 granos los tres siguientes días, 3 granos los tres días después, así hasta llegar al contenido de una cucharilla (vacuna natural). Esto se considera una vacuna porque los jugos gástricos sólo son capaces de absorber un 30% del grano de polen ingerido, así, si nos produce reacción, ésta será tan insignificante  que podremos tolerarla. Si se es alérgico al polen hay que tomar jalea real y aceite de germen de trigo que tiene vitamina E, pues interviene en muchos procesos inmunológicos del organismo. También se recomienda tomar alfalfa como método preventivo contra este tipo de alergia. Actualmente la alfalfa se puede adquirir en comprimidos para facilitar su ingestión.

Sinusitis. Podemos realizar inhalaciones de vapor con aceites esenciales que pueden ser de eucalipto, espliego, menta, pino o tomillo. Se coge un cuenco grande en el que quepa algo más de ½ litro de agua, se llena con agua hirviendo y se le añaden unas 3 gotas de aceite esencial. Hay que inhalar el vapor lo más profundamente posible. Se puede cubrir la cabeza con una toalla para que resulte más efectivo. En fase de sinusitis se puede hacer 4 veces al día. Luego iremos reduciendo hasta una diaria.

Rinitis alérgica. Vahos nasales de tomillo, eucalipto y menta y toques en las fosas nasales con aceite anticatarral que preparamos de la siguiente manera: se coge un fruto y una hoja de eucalipto, gordolobo y salvia. Se mezcla una cucharada de cada planta en una cazuelita de barro cubierta de aceite de oliva de primera presión en frío, se lleva a ebullición y se deja así un minuto. Una vez que se enfríe se pasa a un frasco. Con este líquido nos daremos *toques* en las fosas nasales con la ayuda de un palito de algodón, tres veces diarias. Antes de acostarnos tomaremos una infusión de flor de borraja, tila, salvia y gordolobo.

Descongestión de los conductos nasales en caso de alergia. Se comienza masticando un trozo de panal de miel (celdillas con miel), durante unos 15 minutos y se repite cada 2 horas durante el día. Este remedio nos proporcionará un pequeño alivio porque hace que los conductos nasales se destapen y se descongestionen a la vez.  Otro remedio, consiste en disolver media cucharada de sal marina en 250 centímetros cúbicos de agua caliente y queda listo para aspirar el agua caliente por un orificio de la nariz, mientras se tapa el otro orificio. Se mantiene el agua unos segundos y, respirando por la boca, se expulsa el agua con las mucosidades nasales. Se repite durante varias veces con los dos orificios de la nariz, hasta descongestionar totalmente los conductos nasales. Se aconseja utilizar una lota de barro.

Zumo de naranja y pomelo para diversas alergias. Se necesita 2 naranjas de zumo (300gr), 1 pomelo mediano rojo (150 gr), 50 centímetros cúbicos de agua  (opcional). Se extrae el zumo por separado, se vierte en un vaso y se le agrega el agua (si se quiere), se revuelve bien y queda listo. Se bebe dos veces al día, una en ayunas y otra por la tarde hasta que remita el proceso alérgico. Este zumo puede presentar contraindicaciones en casos de gastritis hiperclorhídricas y úlcera gastroduodenal.

Zumo de mandarinas para diversas alergias. Se licúa y se pasa el zumo de 3 mandarinas grandes peladas y troceadas (300 gr) a un vaso, añadir 50 centímetros cúbicos de agua, revolver bien y queda listo. Se toma dos veces al día, uno en ayunas y el otro por la tarde hasta que desaparezcan las molestias. Este zumo no se recomienda en casos de gastritis hiperclorhídricas y úlcera gastroduodenal.

Mixtura alcalina contra el eccema, liquen, alergias y prurigo. Os aconsejo la pomada de caléndula para estos casos, la *caléndula officinalis* tiene propiedades, hidratantes, calmantes, regenerantes y  cicatrizantes. Para los que os guste elaborar vuestros propios remedios aquí os pongo una receta un poco más elaborada. Ingredientes: 125 gr. de fumaria officinalis seca o 300 gr. de las fresca (planta entera), 550 centímetros cúbicos de agua, 12 gr. de bicarbonato sódico y 1 kilo de azúcar  moreno o miel. Preparación: poner el agua a hervir y en otro recipiente reservar la planta. Una vez hervida el agua se vierte sobre la fumaria, se tapa y se deja reposar durante 30 minutos, después se filtra por expresión a un frasco. Por cada 100 centímetros cúbicos de la infusión se agregan 200 gr. de azúcar. Revolver bien y dejar que se vaya diluyendo todo (tarda unas horas). Filtrar a una botella o frasco y queda listo para añadirle bicarbonato sódico, una vez bien revuelto se puede tomar. Este remedio se emplea contra los eccemas, liquen (enfermedades cutáneas papulosas), el prurigo (enfermedades cutáneas pruriginosas) y las alergias debidas a diversas causas. Es un buen depurativo. Se toma una cucharada, sola o diluida en un poco de agua, por la mañana en ayunas y otra por la noche. Se sigue con el remedio durante un mes, se descansa 3 días y se repite otro mes. Mientras dure el tratamiento no se deben comer embutidos, pescados azules, conservas de pescado, quesos curados, carnes grasas, tocino, licores y vino, ni abusar de la sal. Puede ser un gran limpiador de las toxinas que puede haber en nuestra sangre.

Cada vez son más frecuentes las alergias entre los niños y entre las personas mayores. Entre los niños porque con frecuencia se les introduce de forma muy rápida los diferentes tipos de alimentos que componen la dieta habitual y su cuerpo no está preparado para ello. En los adultos la aparición cada día de nuevas frutas, tubérculos y otros alimentos hace que nuestro organismo entres en contacto con sustancias desconocidas que, a veces, provocan la alergia.

 

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